De POEMAS DEL OTOÑO (1994)


1.   SENTIR DEL EVANGELIO
LUCAS 14, 28-32

(Para ser leído con ritmo de copla)
Cómo puede el hombre calcular sus fuerzas,
cuando es una brizna en medio del aire
cuando vendavales, rayos o centellas
lo empujan tan fácil?
Cuando las pasiones, el odio, el sentir
derriban su amor?
Cuando ante los ojos del mundo y la historia
desnudo se halla?
Cuando en los rincones de su propio afecto
perdido se queda?
Cuando tantas veces el miedo le enreda
sus propios caminos?
Cuando los recodos de su propia angustia
le dañan los días?
Cuando el corredor de sus esperanzas
vacío se queda?
Sólo tú, tu fuerza
puedes regalarle.

LUCAS 22,46

1.     Siempre regresan los primeros años,
        están ahí.
Su memoria te muestra, te evoca, te rescata.
Vinieron luego de una etapa loca:
la infidelidad juvenil
el coqueteo que tantas veces volvería al comienzo.
Como los vientos, como el mar,
REGRESAN
(El amor del principio / Apocalipsis dos).
Sueños alegres como los geranios
sueños grandes como las montañas,
fuerza de los años mozos,
fuerza que te di a Ti
fuerza que le robaste a otros afectos.
De trecho en trecho
de vez en cuando aparecía la sombra de otro amor,
pero siempre tu rostro y tu palabra
crecieron más en mí.
2.     Vino el primer dolor
        un dolor sordo que cegó mis ojos
          y anegó mis manos.
        Cuando perdí a Guillermo
        comprendí que el infierno estaba cerca
que el camino no era: ni montañas
        ni rosas
        ni geranios.
        Pero tu mano continuó sonriéndome
        y tu mirada continuó acogiéndome
         y la fuerza alcanzó para abrazar a otros
        y llenar la mochila de esperanzas.
        Y continuamos juntos,
reposados los pasos pero juntos.
3.     En el trayecto se quedaron tantos:
        algunos alcanzados por la muerte
        otros por el cansancio
        por desgana o despiste
        por infidelidad
        por cobardía
        porque el amor fue corto
        porque no los cuidamos.
        Se me salpicó el alma
se me quemó la fuerza
no pudimos sumar tanto dolor,
en Nicaragua se hizo trizas el sueño,
nuestro camino se llenó de sombras
y entonces vino la infidelidad.
4.     No como en esos años
        –infidelidad juvenil, un poco loca
búsqueda de otras manos y caricias
ocasiones furtivas–
sino distanciamiento del adulto
cansancio en la tarde
cierre del corazón.
5.     Dónde estás tú?
        En qué recodo se enredó tu mano?
Cómo encontrar mis ojos con los tuyos?
No sé dónde esperarte.
(Julio 93)

JUAN, 1,48

Fuiste creciendo en mí.
Desde la sombra fuiste creciendo en mí.
En medio de las noches y curvas del camino
tu rostro se fue haciendo perdurable
y tu palabra
se me instaló en el medio de la vida
y me abrió el corazón
como la rosa
que se abre en la mañana del rocío.

JESÚS LA RESCATÓ
(Juan 8, 1-11)

Una mañana fría,
temprano en día de fiesta
–el sol asoma tímido–
Jesús de Nazaret, el amigo maestro,
baja del olivar y se llega hasta el templo.
Le sigue mucha gente.
Jesús como otras tardes y mañanas enseña.
En mitad de la fiesta
se acercan los maestros de la ley,
con sus pasos cansados
traen también consigo su carga de saber agonizante
su prepotencia estéril
y la perfidia de su doble moral
que quebró muchos siglos las espaldas de otros.
Llevan a una mujer encadenada y rota,
la acusan de adulterio
pretenden lapidarla como dijo Moisés,
la sitúan al centro
–no hay defensa–
y apelan a Jesús.
Jesús de Nazaret no les contesta
ignora la presión
y juega con la tierra.
En medio de la gente ellos insisten
sus ansias de venganza se hacen grandes.
Finalmente el maestro se incorpora,
con voz calmada dice:
“Me extraña aquí una cosa,
no veo al hombre que adulteró con ella.
Un pecado entre dos es llevadero,
un pecado de amor en soledad aniquila y espanta.
Sin embargo, tal vez podamos castigarla,
los que no hayan pecado y estén limpios
tomen la iniciativa
y si hay uno que esté limpio que le lance la piedra”.
Después de estas palabras Jesús vuelve a inclinarse.
Avergonzados se retiran los jueces
(la condena a Jesús nos dirá:
“su vergüenza fue breve”).
Ese espacio del templo, lleno de expectativas
ha quedado vacío:
Jesús y la mujer se miran frente a frente.
Sentimientos de angustia, de dolor
de amor y vida
atraviesan sus cuerpos, sus miradas.
El maestro le dice:
“Puedes irte tranquila. Vive en paz. Serás feliz cuando no peques más.
El amor se hará grande en tu camino”.

JUAN 14,23

Yo te invito Jesús de Nazaret –Dios escondido–
a vivir en la pobre parcela de mi vida
a recoger mis días.
Esos días tan llenos de temores
         de angustias
         de mujeres del barrio
         de lecturas
         de afectos.
Esos días cargados de preguntas.
Yo te invito Jesús de Nazaret –Dios escondido–
a poblar los fantasmas de mis noches
a recoger mis miedos
    mis deseos
los sueños que no fueron
los sueños que serán.
Mis corredores se han quedado vacíos
de tu ausencia.

2.    DIÁLOGOS DE MARÍA CON JESÚS
EL ANUNCIO

1.  Cuando el Señor me anunció tu venida
     me llené de temor.
Cómo enseñarte a ser un hombre para Dios?
un hombre para el otro?
Cómo lograr en Ti
identidad total con el Dios de Israel?
2.  Cuando el Señor me anunció tu venida
     me llené de alegría
serías el camino de amor,
serías luz,
serías fuego,
serías remanso de agua
               recodo en el camino.
3.  Cuando el Señor me anunció tu venida
     me llené de esperanza.
Juntos aprenderíamos el camino
de la buena noticia a los humildes
de la liberación de los pobres y enfermos
de la acogida de los abandonados.

LA PRIMERA SALIDA

Estando tú en mi vientre
fui a visitar a mi prima
necesitaba ayuda,
su preñez tan tardía la llenaba de angustia.
Tu calor en mi vientre
siempre me dio energía.
En el camino quise anunciar a otros tu presencia.
El corazón del hombre
tiene que prepararse para amar.

LA NOCHE QUE NACISTE

Tú naciste en el margen. Naciste en las afueras.
En una noche clara –noche de luna llena– noche fría.
No hubo lugar en la ciudad para acogernos y mi hora llegó.
José, tu padre, con la angustia del pobre,
bajaba la cabeza avergonzado,
construyó con sus manos una pequeña cama
en una cueva refugio de pastores.
En mitad de la noche –crudo invierno–
ateridos de frío, tu luz iluminó nuestras miradas.
El amor estallaba en nosotros
y viniste a este mundo con tu sonrisa clara
y la ternura que abrió tu corazón al dolor de los hombres.
Sólo Tú, desde el margen,
podrás hallar camino para todos.

AQUELLA PROSTITUTA

Regresando del pozo esta mañana
nos cruzamos con aquella mujer de pelo largo,
de mirada angustiada,
la recuerdas?
Algunos a su paso se apartaron
negándole el saludo.
Dicen algunos que ella es prostituta,
los hombres la condenan
las mujeres la apartan.
Quién es la prostituta?
Es ella o son los otros:
          los que buscan su lecho en lo escondido?
los que pagan su gracia?
Es ella o somos todos:
          los que quiebran su infancia y su familia?
los que empujan al margen?
El corazón de una mujer enferma está lleno de amor,
nunca lo olvides hijo:
no puedes acercarte al Dios que ama
si no puedes llegar al corazón de los que otros condenan.

EL PECADOR QUE SE ARREPIENTE

Tanto rigor y regla y purificación
nos han hecho olvidar
que el espíritu es pronto, pero la carne es débil.
El maestro que crea que su gente es perfecta
pierde el norte.
El Padre en cambio acoge
          acoge siempre.
Cuando el amor es grande
   no hay falta suficiente.
Todo aquel que se duele de su infidelidad
     de su incapacidad
     de su debilidad
merece nuestro abrazo.
Tu mirada –Jesús–
debe llegar al corazón.
Los ojos de tu Dios
nunca se quedan en la superficie.

FINAL DE LA MISIÓN

Algún día cumplirás tu misión,
tus días en el mundo acabarán
y tu tarea?
Habrás de concluirla?
Tal vez no,
raro es el hombre
cuyos días coinciden con sus sueños.
Un día, al despedirte,
debes decir a Juan
        a Felipe
a María
debes decir a todos
que el amor sea su única medida
   su única señal.
Que el amor-acogida los una
        el amor-perdón los señale
        el amor los recoja y los lance,
que todos lo comprendan:
tu tarea del Padre
es que todos sean uno
y lleven al final de los tiempos
tu ternura y tu mano.

EN BETANIA

El otro día charlé con las mujeres
con Marta, con María,
con Salomé, con otras...
Estamos preocupadas.
Insiste mucho a Pedro,
si somos marginadas del camino
se pierde tu ternura
y el sueño de tu Padre
–un hogar para todos–
se estrella contra el piso.

3.    LLAMADOS
SALMO 51

Ámame Señor en medio de mi barro
olvida mi flaqueza.
Rescátame de mis complicidades con el mundo
y lávame con la frescura de la fuente.
Yo sé Señor que mi pecado es grande
yo sé que contradigo tus designios
y no logro
–cada día de mi vida–
tallar en mí el rostro de tus rasgos.
Desde el fondo de mí,
desde el principio...
se me enreda el camino.
Sólo tú,
tu palabra y tu rostro
pueden enderezarme.
Olvida tantas veces que he iniciado,
condúceme otra vez.
Consigue Padre
introducir en mí un corazón amigo de los hombres,
un corazón que acoja, transparente,
un corazón que se abra, que no cierre su puerta.
Si me acercas a ti
mis labios serán tuyos
y gritará mi vida tu existencia,
te alabaré conforme a tu deseo,
seré un pedazo de la nueva tierra.
(Julio / 89)

4.      MUJERES
MUJER NEGRA
Acuna al hijo
al ritmo de su danza milenaria
y cultiva a su hombre
al ritmo del café multiplicado
su grandiosa sonrisa recoge los cansancios
al final de la tarde.

5.      RUTAS DE LA CIUDAD
DISTANCIA

El poeta pasea sus dolores
en medio de las calles
y su pueblo.
El poeta se mete en sus lagunas
y la muerte lo ronda
lo acosan las preguntas en medio de la noche y las estrellas.
Su pueblo queda lejos
permanecen las calles
y la noche.

DE PRONTO UNO SE ENCUENTRA CON UN POETA

En el mismo libro de siempre
una página nueva
una palabra ruge,
pasiones que se salen de su cauce
y mucho amor.
De pronto uno se encuentra algún poeta
y es como cuando al corazón
lo recoge una mano conocida.

TIEMPO

Alguna tarde
amor
cuando el sol ha iniciado su caída
he visto con mi mano
los minutos
–alegres, frescos, ágiles–
girando eternamente.
Alguna tarde amor,
hace tiempo no vienen.

TARDE DE DOMINGO EN LA CASA

Afuera la ciudad
con su suma de angustias
y de miedos
(miradas vacilantes y vientres malheridos).
Antes de la ventana
jirones de los días danzando por la sala
música de otras horas
libros-literatura rezagados
periódicos del día
y calma de un calor que no sofoca.
Miradas que suben desde un fondo-cariño
y un lunes que se anuncia con su horario-trabajo.

UN HOMBRE EN SU CIUDAD

La reconoce,
redescubre
encuentros callejeros
un tinto ahí no más,
miradas, faldas, gatos que acechan en la noche
y el sabor de recuerdos
que terminan.
Un hombre en su ciudad
cuenta sus pasos,
tantas mañanas que nacieron nuevas
tantas tardes que se fueron
esperando los sueños.

DE SIEMPRE

Hay un cuerpo
que aprisiona mis horas
es un cuerpo fantasma
que demanda mi piel y me corroe.
Aparece en las tardes
cuando surgen las sombras
los pasajes que rompen
me visita en las noches
y en las vigilias diurnas,
asalta el cotidiano paso de mis tareas / trabajos
asalta mis quietudes y la felicidad que viene de otros ojos.

LOS CAFÉS

Sitios de soledad
alguna vez conversación
(encuentros?)
mirada en el vacío
tintos
cervezas
un bolero que suena
carrillera
tango
una cerveza
retazos de recuerdos
y soledad de nuevo.142
INVENTARIO
Un hombre
si camina en la ciudad
puede encontrar las cosas más disímiles,
un latón de basura
un tapón de cervezas
una pareja ahí que hace el amor
recortes viejos de periódicos.
Un bar en esa esquina
con boleros de fondo, con Gardel, la sonora
y brazos que se enredan,
caricias pasajeras que se olvidan mañana.
También algún muchacho que embola los zapatos
restos del día anterior,
lluvias que vienen.
La vida tiene formas muy diversas.

ADIÓS
Y si la muerte
agazapada siempre
se me llega algún día
antes de lo previsto,
qué dejo
a mis amigos
a los testigos de mis horas
en esta inmensa historia de hombres tristes?
Un corazón de amiga y una flor
mi colección de libros
y de historias de ensueño,
mis seis zapatos viejos,
la mochila para las esperanzas
el azul de la noche.
La música que acompaña mis días
el color del paisaje
el aire de ciudad
un abrazo de hermana
y la mirada.
Un cayado con sabor a evangelio.

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