DE SOR JUANA INÉS DE LA CRUZ A RAIMON PANIKKAR
Impresiona leer
las declaraciones firmadas por estas dos luces fulgurantes del cristianismo en
la víspera de sus muertes. Declaraciones separadas por tres siglos, por un
continente y por condiciones muy diferentes pero con un fondo común que las
hermana.
Poco antes de la
fecha de su muerte, en 1695, la monja
mexicana declara:
Aquí arriba se ha de anotar el día de mi
muerte, mes y año. Suplico por amor de Dios y de su Purísima Madre, a mis
amadas hermanas las religiosas que son y en lo de adelante fueren, me
encomienden a Dios, que he sido y soy la peor que ha habido. A todas pido
perdón por amor de Dios y de su Madre. Yo, la peor del mundo. Juana Inés de la
Cruz.
El 15 de Febrero
de 2008, Raimon Panikkar declara:
Me siento miembro vivo y sacerdote de la
Iglesia, y quiero mantener con ella la comunión hasta el final.
Deshago todos los vínculos que tengo como
resultado del matrimonio contraído, siempre teniendo en cuenta los principios
de misericordia y de la caridad cristiana.
Estas
declaraciones me han impresionado, cada una en sí misma y en el fondo tan
similar del que proceden.
Dos espíritus
independientes, lúcidos, luchadores, dedicados a la búsqueda del conocimiento,
a la construcción del saber en diferentes ámbitos de las ciencias humanas,
sociales y científicas. Dos personas que a lo largo de sus vidas tuvieron
posiciones críticas frente a la institución y asumieron ideas y proyectos
heterodoxos. ¿Qué los lleva a desdecir de su vida casi al final? ¿Qué los lleva
a entregarse a una autoridad que
antes cuestionaron? ¿Qué hay en esa iglesia con la que ambos quieren la comunión,
que los obliga así a borrar páginas de su vida por las que antes lo dieron
todo?
En el caso de
Sor Juana se han intentado diferentes respuestas, una de las más acertadas es
la búsqueda realizada por Octavio Paz en su obra: Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fe y la de la
película inspirada en este mismo texto,
Yo, la peor de todas, de María Luisa
Bemberg, que recomiendo sea vista por todas las personas mínimamente
interesadas en averiguar sobre esta mujer, que inaugura el feminismo en América
Latina. Parece claro que el temor a ser enjuiciada por la inquisición fue uno
de los influjos en su inentendible decisión, igualmente la debilidad misma que
la epidemia de cólera causa en ella y en su alrededor.
En el caso de
Panikkar, su biografía, recientemente editada en español, magníficamente escrita
por Maciej Bielawski[1],
intenta algunas pistas aunque la verdad, en este sentido, plantea más
interrogantes que respuestas. Y es a este libro al que me quiero referir ahora.
Se trata de un vehículo muy acertado para aproximarnos a la vida de un hombre
extraordinario, cristiano del siglo XXI, roturador de caminos nuevos e
inéditos.
En general a
Panikkar se le ha “recluido” en el mundo del diálogo interreligioso y nombrarlo
a él es connotar su carácter de cristiano hindú, esto es así indudablemente.
Pero con él, con su teología y sobre todo con su espiritualidad nos encontramos con muchísimo más, que es lo
que precisamente esta biografía transparenta.
El autor se
propone evocar el mito Panikar para
lograr desglosarlo y llegar al meollo de cada época, de cada momento, de cada
situación; en este camino logra una profunda empatía y comunión con su
biografiado. Nos muestra entonces a un itinerante del saber y de la experiencia
espiritual que desde muy joven encuentra y predica la unidad entre la vivencia
religiosa y un compromiso con el conocimiento profundo del mundo y de la
realidad. En algunos momentos y senderos cercano a Theilard de Chardin. Se
anticipa a la sensibilidad ecológica que nos enseña a vivenciar la tierra como
una auténtica madre. Nos muestra a un Panikkar profundamente holístico empeñado
en descubrir, vivenciar y mostrar la unidad profunda del TODO, como el mismo lo
plantea:
El monje sería entonces la persona que busca
primero una unidad dentro de ella misma, y después una unidad culminante con el
universo entero. (De, Elogio de la
sencillez).
A lo largo de
caminos muy variados este espíritu inquieto va encontrando sus propias huellas:
Transita por el Opus Dei, se sumerge
en el Hinduismo, recoge experiencia
intelectuales y cristianas de Europa y Norteamérica… logra una síntesis
inigualable que preside y orienta su vida. De su mano recorremos una nueva cara
de la tradición y la teología cristianas. A través de este texto nos enteramos
que una frase tan popular y repetida como: el cristiano del siglo XXI será místico o no
será… es suya y no de Rahner quien la dio a conocer.
En sus años de
madurez nos regala esa preciosa elaboración La
Plenitud del hombre[2]
en la cual la experiencia cristofánica sale de la cárcel en la que la teología
dogmática la ha encerrado y se universaliza y se hace cósmica. En sus obras más
connotadas este hombre-espiritual nos descubre un nuevo rostro de la Divinidad,
un rostro no reñido con la sensibilidad y el saber del hombre y la mujer del
siglo XXI.
La biografía de
la que hablamos y estas líneas que
escribo, sólo son una invitación a beber en las fuentes Panikkeanas, es allí
dónde podemos enriquecernos con este original camino. Podemos recomendar
especialmente: La experiencia mística,
Elogio de la sencillez, Iniciación a los vedas… vías sencillas de
introducirnos en este bosque luminoso.
Y al final las
preguntas: ¿Qué sostiene una iglesia en la cual para mantener la comunión hay
que desdecirse de una vida caminada pausadamente y a conciencia? ¿Qué pasa para
que los y las grandes: Teresa de Ávila o Theilard, tenga que exclamar en sus
últimas horas, muero al fin hijo o hija
de la iglesia? ¿Por qué siempre la insistencia eclesial en ser el
único camino y en unas ortodoxias y rigideces que nada tienen que ver
con el llamado y la invitación amorosa del maestro de Galilea? ¿Por qué el
empeño en marcar con fuego en los espíritus una sensación permanente de deuda, de culpa, cómo si nos mantuviéramos
en los inicios de la ley mosaica y no hubiéramos atravesado las sendas del amor
propuesto por Jesús y por otros profetas como Isaías?
Ojalá pensar
sobre la vida de estos grandes hombres y mujeres: Teresa de Ávila en su quinto
centenario, Panikkar en su reciente biografía publicada, Theilard o sor Juana
siempre vigentes… nos ayude a fortalecer nuestras propias sendas. Ojalá el Papa
Francisco logre hacer triunfar su anhelo de misericordia y esa misericordia
quiebre las estructuras eclesiales férreas e inhumanas que muchas veces rigen
en la casa de Pedro.
Carmiña Navia Velasco
Octubre 2015
Se necesita de mucha Gracia Divina para poder deshacerse de las cárceles mentales en que desde niños se nos confina.... El Ser humano a causa del hambre y sed de llenar el vacío interior busca una relación con "Dios"....pero sale de una cárcel, para entrar en otra....solo la Gracia Divina nos puede llevar más tarde que temprano, a deshacernos de las "deudas y las culpas" con que nos "controlan y manejan" como borregos al matadero...
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