La escritora Laura Restrepo, consigue, con mucho éxito, en su obra más reciente: Canción de antiguos amantes, romper las barreras entre los géneros literarios y construir un monumento de lenguaje, en el cual a partir de narraciones definitivamente épicas nos encontramos con una novela total. El regalo que nos ha hecho Restrepo con este monumento es un deleite grande, para nosotros sus lectores y lectoras. Es una obra de madurez que estalla los límites de la ficción y perfila escrituras novedosas.
Canción de antiguos amantes, es en síntesis, la epopeya de:
“Pata de cabra”, metáfora de la
reina de Saba y de su espejo Zahra Bayda.
De sus adoradores y buscadores,
de sus enamorados a lo largo de la historia que llegan hasta Bos Mutas
narrador-personaje.
De los y las caminantes del
mundo, de las mujeres luchadoras, violadas, mutiladas en sus órganos íntimos.
De las mujeres que aquí y allá sobreviven en un continuo renacer.
Pero es también la epopeya del amor, de los amantes que trascienden coordenadas y tocan el absoluto con sus cuerpos.
La Canción es epopeya e igualmente tragedia en el sentido clásico. Pata de cabra es condenada a vivir en el inframundo -como Perséfone, Proserpina para los romanos- y es exiliada de su madre y de su casa. Pero también las mujeres de Yemen, que son sus descendientes son condenadas hoy a la “nuda-vida” en palabras de Agamben. Las alaleishos con su función corística rematan esta trágica historia y cuidan de que sus ecos no se pierdan, mientras protegen a su reina y también a sus caminantes.
Esta novela total se inicia con el nacimiento de Pata de Cabra y su exclusión del mundo de los vivos y después de un largo y profundo periplo se cierra con el encuentro del amor y los cuerpos, en esa canción que según de Nerval empieza nuevamente cada día. Por eso aunque la tragedia habita sus páginas en los tramos finales la luz de oriente se vislumbra a lo lejos, dejando un sabor grato de ese amor que habita a la humanidad y que se exalta en toda su belleza en El Cantar más bello. Es total porque en ella tienen lugar los inicios de vida, los caminos de muerte, el final y el comienzo. En ella Pata de Cabra sale de las profundidades del abismo y construye su reino que la sobrevive en los siglos. En ella se entrecruzan el tanatos y el eros, con el triunfo sagrado de este último.
La estructura narrativa ignora el mandato imperante de linealidad y facilidad y se mueve con mucha libertad entrelazando épicas líricas, reflexiones y narraciones. Las historias se suman y abren y agigantan ese “mundo posible” que habitamos a través de sus páginas, de tal manera que mueve a los lectores en espacios y tiempos infinitos que le permiten conocer más allá de las paredes limitadas de una historia que se recorta según los parámetros de la levedad y rapidez en que nos sitúan los mundos posmodernos. En este sentido la autora afirma que la gran novelística del siglo XIX siempre se extiende en muchas direcciones; nombra también autores como Cortázar con su extraña Rayuela o el francés Emmanuel Carrère. Es claro que Restrepo quiere moverse en la vanguardia y en los límites de la literatura, que convocan siempre al pensamiento, a la pregunta, a la interioridad.
Espero que tengamos en el futuro todavía muchos regalos de la escritura de Laura Restrepo, pero hasta este momento, Canción de antiguos amantes puede considerarse una cima en varios sentidos:
En primer lugar la narrativa de esta autora siempre ha sido un intercambio y diálogo entre lo real y la ficción. Desde La isla de la pasión, en la que la periodista investiga la suerte de los olvidados en esa isla, pasando por Leopardo al sol y la mirada al narcotráfico o por Delirio en el que se juntan los temores y angustias de Agustina con las apariciones y amenazas de Pablo Escobar… hasta llegar a esta canción en la que, incluso lo que conocemos como historia real, se vuelve esquiva y los lectores y lectoras sufrimos alguna confusión que nos exige investigar, soñar, mirar hacia el pasado en la creación y hacia el futuro en el apocalipsis.
Igual sucede con la epopeya de estas mujeres caminantes. Esa epopeya ha sido trabajada parcialmente por la escritora varias veces. Las encontramos en La multitud errante; de una manera muy especial en La novia oscura, cuyo final también nos arrebata de estos suelos; en Hot sur en donde tiene otros rostros. En el caso de la canción Zahra Bayda con su propia historia de dolor, de lucha, de redención y entrega nos llega como espejo que profundiza el camino de mujeres migrantes, huidas de la violencia y el horror. Esa mujer que logra dejar atrás la muerte y entregarse al cuidado de la vida, es la luz que ilumina, que encarna a Pata de Cabra mirando hacia el futuro. Esta mujer por cuyas manos pasan las criaturas nacientes y también la madurez de Mutas.
Y finalmente como dice Nerval en el epígrafe de las últimas páginas: Esta canción de amor que recomienza cada día… La novela es un canto al amor. Amor eterno, mas no el que convierte en liviano el romanticismo vulgar… Amor que se vive en instantes de fuerza y de corporeidad resucitada, amor que acompaña las noches en medio de esa bóveda gigante y ahuecada de los desiertos fríos, amor que desde el Cantar, llamado algunas veces salomónico, llega hasta los umbrales de este siglo agorero. Amor que encuentran Zahra y Bos y que proyectan en las playas en medio de la condena talibana y que lanzan al aire desde esa tierra en la que la vida ha llegado a ser parece que imposible.
Antes de muchas cosas, la novela es un juego literario que obliga a sus lectores a entrar en una dinámica que fusiona el goce y el pensar. En el mundo de hoy, entre tanta exigencia de las redes sociales, esta canción podría ocupar el lugar de los cantos homéricos en los que sus oyentes viajaban hasta el centro mismo de la vida y sus contradicciones, para recuperar memoria e indagar el destino. De Pata de cabra, hasta La reina Punk Patti Smith, la potencia femenina nos llama a generar el mundo del amor y la luz que deje atrás las sombras e inframundos y capture en el aire del futuro en encuentro de sueños, de vidas y de amor.
Definitivamente, saludo esta novela y espero la siguiente.
Santiago
de Cali, Septiembre de 2022